La Denominación de Origen Habano puede ser otorgada a todos los tabacos (o puros) en los que el 100% del Tabaco que los compone haya sido cultivado en Cuba. Asimismo es requisito imprescindible que los tabacos hayan sido manufacturados en Cuba, tras múltiples y severos controles tanto a nivel del proceso agrícola de cultivo y secado, como la fase de elaboración en las fábricas, en todos los momentos de elaboración: selección de las hojas adecuadas, control de elaboración, control del tiro, del sabor legítimo de cada una de las marcas y finalmente de la calidad de su apariencia y presentación.
La Calidad del Habano Resulta de la mística unión de 4 factores: Suelo, Variedades del tipo de tabaco negro cubano, clima y la sabiduría de nuestros campesinos y torcedores A pesar de múltiples intentos de adquirir la calidad de un auténtico Habano en otras regiones del planeta con semillas de origen cubano, nunca llegan a la calidad inigualable del Habano. Estos mismos factores: radiación solar, temperatura media, humedad atmosférica, composición del suelo y del subsuelo, en armónica combinación, son los que hacen que tabaco de “las calidades del Habano, tanto en su aspecto agrícola como en el industrial, sólo pueda producirlo CUBA. Por lo tanto el sello de Habanos que adorna las cajas de las marcas es la garantía que certifica que esos tabacos (o puros) están amparados por la Denominación de Origen Protegida Habanos. O lo que es lo mismo es una garantía de calidad y origen que solo se otorga a los mejores tabacos (o puros) elaborados en Cuba bajo las más estrictas normas de calidad, con las mejores hojas seleccionadas de las regiones tabacaleras de la Isla.
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